Esto es 30: entre bicicletas y autobuses

En 1997, Metro comenzó a modernizar todos los autobuses e incluyó portabicicletas para que los pasajeros vayan más cómodos; de repente, explorar nuestra megápolis en expansión se hizo mucho más fácil. Te presentamos a Anne-Claire Podlipski, una mujer francesa que descubre Los Ángeles en bicicleta, autobús, tren y a pie, un día a la vez.

Por Anne-Claire Podlipski,

Podlipski pasea sobre carril de bicicletas que hay en Playa del Rey. / Foto: Tom Bertolotti.

Llegué a Los Ángeles en 2010 desde Francia, era la primera vez que vivía en los Estados Unidos. Después de haber pasado siete años mimada por el excelente sistema de transporte de París, donde muy pocas personas tienen automóviles y casi todos caminan, andan en bicicleta o usan el transporte público, esperaba que Los Ángeles fuera algo manejable. Sí, LA es conocida internacionalmente como una ciudad de automóviles. Pero ¿qué tan malo podría ser?

Vine a Los Ángeles por trabajo, cuya sede estaba en West Hollywood sobre Beverly Boulevard. Así que puedes imaginar lo encantada que estaba de encontrar un hostal decente que TAMBIÉN estaba ubicado en Beverly. Todo iba muy bien, hasta que me di cuenta de lo largo que es Beverly Boulevard. Se extiende desde Beverly Hills hasta el centro… ¡Más de nueve millas en total! (Por el contrario, París de este a oeste tiene un poco más de seis millas). Ingenuamente, en mi primer día de trabajo decidí ir caminando a mi oficina… lo que me tomó cerca de una hora y media.

No me tomó mucho darme cuenta de que había un gran autobús naranja que recorría todo el bulevar. ¡Aquí fue mi primer encuentro con LA Metro y su histórica Línea 14!

Poco después, me mudé a una habitación en una casa compartida en Miracle Mile, compré una bicicleta y me empecé a interesar por salir a correr. Pronto me convertí en un miembro más del del club de corredores de DTLA, que se reunía todos los martes por la noche. Correr me convirtió en una viajera multimodal. Iba en bicicleta desde Miracle Mile hasta el club de corredores, corría seis millas con la gente del club y luego ponía mi bicicleta en el portabicicletas que está al frente del autobús para regresar a casa. Es fácil porque solo lo pones ahí, lo amarras y estás listo para irte.

La opción de combinar bicicleta y autobús siempre me ha sorprendido –– y no es tan universal como se cree.

Este fue un plan de concepto de vagón que se consideró para la propuesta de la Línea Sunset Coast, c. 1976. Mira el amplio espacio para poner bicicletas y tablas de surf. Sin embargo, la medida electoral nunca se aprobó y la línea nunca se construyó.

En París, no había forma de subir la bicicleta al autobús. Incluso subirse al metro con tu bicicleta estaba mal visto por otros pasajeros, y de todos modos solo estaba permitido fuera de las horas pico. Si bien París es una gran ciudad ciclista con excelente transporte público, los dos no se mezclan. Tienes que elegir tu batalla.

El transporte público también me dio una hoja de ruta ya que iba a vivir aquí, en un nuevo país. Me ha llevado a restaurantes, cines, museos y conciertos, y puso nuevas atracciones en mi radar. Las rutas de mis viajes diarios en autobús me enseñaron la geografía de Los Ángeles mejor que cualquier mapa. Escuchar a los autobuses de Metro anunciar nuestros destinos, como Wilshire, Los Feliz y Sepúlveda, también me enseñó a pronunciar palabras desconocidas. (¡Sin estos, probablemente los habría pronunciado con acento británico o español, lo que me sometería a una posible vergüenza social!) Incluso mis padres que no hablan inglés captaron algunas frases importantes al escuchar los anuncios durante su visita.

A Podlipski le gusta explorar nuevos lugares en bici y a pie. / Foto: Tom Bertolotti.

Así, terminé viviendo en Los Ángeles sin auto durante un año y medio.

Tal vez solo los corredores curiosos lo sepan de manera intuitiva, pero el he podido explorar más de Los Ángeles en bicicleta o a pie, que en coche. Cuando pones tu bicicleta en un porta bicicleta del autobús, puedes recorrer la distancia en una sola dirección. Eso es importante para conocer Los Ángeles, una ciudad que se siente como si nunca terminara. Puedes andar en bicicleta hasta el límite de tu zona de confort. No tienes que preocuparte por conservar suficiente energía para regresar. Incluso hoy en día, suelo andar en bicicleta por la ruta de 30 millas desde el centro de Los Ángeles hasta Long Beach a lo largo del Río LA, porque sé que tengo la Línea Azul para llegar a casa.

Notas:

[i] Esto también solía ser cierto en Los Ángeles. Hasta 2002, los pasajeros que viajaban en Metro Rail necesitaban traer permisos para bicicletas para abordar los trenes. En 2011, Metro eliminó todas las restricciones de horas pico para personas con bicicletas.

¿Tienes una historia sobre tomar el transporte público en Los Ángeles que quieras compartir? ¡Escríbenos!

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