Aquí te presentamos la tercera y última historia de la serie por el Mes de la Herencia Hispana, donde Metro reconoce las valiosas contribuciones de su fuerza laboral latina, que representa más del 44% de nuestros más de 12,000 trabajadores. Entre las muchas personas talentosas que mantienen a Metro en movimiento se encuentra Sonia Campos, quien se encarga de garantizar que todo el personal que trabaja en el área de trenes conozca las normas de seguridad. Continúa leyendo para obtener más información sobre su función en Metro. (Para leer los artículos previos de la serie visita historia 1 o historia 2)
Cuando Sonia Campos tenía 8 años, sus tías la llevaban desde La Puente al centro de Los Ángeles en autobús para ir al cine. Recuerda que saludaba al conductor del autobús y buscada rápido un asiento para ir a pegarse a una ventana y mirar con atención los diversos vecindarios que se presentaban en el camino. Lo que ella no sabía era que esos viajes se convirtirían en parte de su brillante futuro en el transporte público.
Años más tarde, con casi 25 años de experiencia en diversas funciones, Sonia dirige hoy el Departamento de Instrucción de área ferroviaria de Metro. Se conoce, al derecho y al revés, los protocolos de seguridad para garantizar que cada operador, supervisor y miembro del personal del sistema ferroviario trabaje protegido y en un entorno seguro.
“La principal responsabilidad de mi departamento es formar a nuevos operadores de tren”, explica Sonia. “No sólo les enseñamos a cómo operar los trenes, sino también las reglas, qué significan las señales ferroviarias y cómo seguir los procedimientos de seguridad”.
Uno de los mayores desafíos para los alumnos es aprender a comunicarse dentro del sistema ferroviario. Los estudiantes tienen que dominar la nueva terminología y acostumbrarse a nuevas palabras como: catenary system, que es la red de cables aéreos que suministra electricidad a los trenes, o el término third rail, la fuente de electricidad que va a lo largo de las vías del tren para darle energía, Los alumnos también tienen que aprender a usar códigos para hablar por la radio. “Es como aprender un nuevo idioma”, dice Sonia.
Las clases para ser operador de tren son intensas. Los aprendices deben cumplir ciertos requisitos, como haber trabajado como operador de autobuses de Metro durante al menos un año y aprobar un examen de aptitud física. Después de eso, tienen que asistir durante tres semanas a clases diarias de ocho horas. “La formación es remunerada, como las horas de trabajo habituales, para que los estudiantes puedan concentrarse”, dice Sonia. “Hay pruebas diarias y hay que mantener un promedio arriba del 90% para aprobar”. Una vez que los alumnos completan 120 horas de instrucción, van a una división ferroviaria ––una de las estaciones de trenes locales de Metro–– para empezar con las prácticas supervisadas.
“No puedes ir a tu división sin conocer las normas y procedimientos”, enfatiza Sonia. “Esa es la base para hacer bien tu trabajo”. Por ello, siempre anima a los alumnos a hacer preguntas y a estudiar en grupos ya que trabajar en el sistema ferroviario requiere mucho trabajo en equipo. “Si su tren se detiene, va a afectar al tren que va delante y al de atrás. Si te toca bajarte de tu tren, tienes que saber protegerte y comunicarte adecuadamente con el centro de operaciones ferroviarias”.
El departamento de Sonia también capacita a futuros instructores, contratistas y personal externo que brinda apoyo a Metro, como agentes del Departamento de Policía y del Sheriff, y a los socorristas del Departamento de Bomberos de LA. La familiaridad que ellos deben tener con el sistema ferroviario es crucial para identificar puntos de encuentro y de emergencia, así como para ubicar equipos contra incendios y áreas de evacuación. Sonia destaca que la seguridad es la regla de oro para evitar peligros, especialmente en las vías del tren que tienen electricidad.
“Formamos a casi 3,000 personas [entre operadores de tren y otro personal] cada año únicamente en seguridad ferroviaria”, comparte Sonia.
Cuando Metro adquiere nuevos trenes o amplía sus líneas ferroviarias, el departamento de Sonia es el primero en enterarse. Ellos se encargan de ver cómo funciona el nuevo equipo y cuáles son las nuevas rutas. Tras aprender todo lo nuevo, actualizan los procedimientos operativos en un manual para reflejar la información y protocolos más recientes. Esta especie de guía debe ser usada después por instructores y futuros estudiantes.
En un campo dominado por hombres, Sonia se enorgullece de ser parte del equipo ferroviario de Metro y está entusiasmada de ver que más mujeres se unan a la industria. A principios de este año, mientras monitoreaba las notas de los exámenes, notó que una de las estudiantes tenía problemas con sus puntajes. Sonia se acercó para ofrecerle una dosis de confianza. “No hay nada que te detenga excepto tú misma”, le dijo. Su consejo pareció funcionar. La estudiante logró graduarse y ahora es operadora de trenes de tiempo completo.
“Mi consejo para las mujeres que quieran hacer carrera en el área de trenes es que crean en sí mismas”, dice Sonia. “Como mujeres, tendemos a dudar de nosotras y preguntarnos si somos capaces de hacerlo… Necesitas tiempo para aprender sobre esto, pero confía en ti misma porque sí puedes hacerlo”.
Sonia también está orgullosa de ser parte de un grupo creciente de latinos que están construyendo sus carreras en Metro. Aunque nació en Los Ángeles, celebra su herencia hispana que le fue transmitida por su padre, que es de Nuevo León, México.
“Cada vez que celebramos algo, toda la familia se junta. Somos muy unidos”, dice la madre de cuatro hijos y abuela de seis pequeños. “Nosotros todavía celebramos la Navidad y abrimos los regalos la noche del 24 de diciembre. También es tradición juntarse en esas fechas para hacer tamales en familia y disfrutarlos con un buen menudo… Eso es algo especial”.
La versión en inglés de esta historia está aquí.